jueves, 10 de mayo de 2012

erick eriksin‏


Erik Erikson Teoría
Teoría
Erikson es un psicólogo del Yo Freudiano. Esto significa que acepta las ideas
de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles
como el complejo de Edipo, así como también las ideas con respecto al
Yo de otros Freudianos como Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud.
obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la
cultura que cualquier otro Freudiano, tal y como cabía esperar de una
persona con sus intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en
sus teorías a los instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón,
Erikson es tan popular entre los Freudianos y los no-Freudianos por
igual.
es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la
teoría de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona
a partir de un principio epigenético. Postulaba la existencia de ocho
fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital.
Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte
por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes.
Como si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de
éstos se abrirá en un momento concreto, con un cierto órden que ha sido
determinado por la naturaleza a través de la genética. Si interferimos
con este órden natural de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado
pronto o en un momento que no es el que le corresponde, destruimos el
desarrollo de la flor al completo.
comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por
naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición
Freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un
niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su
vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones
sociales de la escuela y la familia.
tareas descritas por el autor se establecen en base a dos términos: una
es la tarea del infante, llamada “confianza-desconfianza”. Al principio
resulta obvio pensar que el niño debe aprender a confiar y no a
desconfiar. Pero Erikson establece muy claramente que debemos aprender
que existe un balance.
aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo
de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos.
fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido
a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con
el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros
niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función.
pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o
fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de
nuestra vida.
bien, podremos desarrollar maladaptaciones o malignidades, así como
poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad
es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la
tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y
como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan
mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como
las personas que confían demasiado.
la innovación más importante de Erikson fue la de postular no 5
estadios como Freud había hecho, sino 8. Erik elaboró tres estadios
adicionales de la adultez a partir del estadio genital hasta la
adolescencia descrito por Freud. Ninguno de nosotros nos detenemos en
nuestro desarrollo (sobre todo psicológicamente) después de los12 o 13
cumpleaños. Parece lógico estipular que debe haber una extensión de los
estadios que cubra el resto de nuestro desarrollo.
también tuvo algo que decir con respecto a las interacciones de las
generaciones, lo cual llamó mutualidad. Ya Freud había establecido
claramente que los padres influían de una manera drástica el desarrollo
de los niños. Pero Erikson amplió el concepto, partiendo de la idea de
que los niños también influían al desarrollo de los padres. Por
ejemplo, la llegada de un nuevo hijo, representa un cambio de vida
considerable para una pareja y remueve sus trayectorias evolutivas.
Incluso, sería apropiado añadir una tercera (y en algunos casos, una
cuarta) generación al cuadro. Muchos de nosotros hemos sido
influenciados por nuestros abuelos y ellos por nosotros.
ejemplo claro de mutualidad lo encontramos en los problemas que tiene
una madre adolescente. Aún cuando tanto la madre como el hijo pueden
llevar una vida satisfactoria, la chica está todavía envuelta en tareas
de búsqueda de sí misma y de cómo encajar en la sociedad. La relación
pasada o presente con el padre de su hijo puede ser inmadura tanto en
uno como en el otro y si no se casan o viven juntos, ella tendrá que
lidiar con los problemas de encontrar una nueva pareja. Por otro lado,
el infante presenta una serie de necesidades básicas de todo niño,
incluyendo la más importante: una madre con las habilidades maduras y
apoyo social, como toda madre.
chica en cuestión se unen para ayudar, tal y como cabría esperar,
también romperán con sus funciones evolutivas, volviendo a un estilo
vital que pensaban que habían pasado y altamente demandante. A estas
generaciones se pueden añadir otras, y así sucesivamente.
formas en que nos interactuamos son extremadamente complejas y muy
frustrantes para los teóricos. Pero ignorarlas sería obviar algo muy
importante con respecto a nuestro desarrollo y nuestras personalidades.
primer año o primero y medio de vida. La tarea consiste en desarrollar
la confianza sin eliminar completamente la capacidad para desconfiar.
papá y mamá proveen al recién nacido de un grado de familiaridad,
consistencia y continuidad, el niño desarrollará un sentimiento de que
el mundo, especialmente el mundo social, es un lugar seguro para estar;
que las personas son de fiar y amorosas. También, a través de las
respuestas paternas, el niño aprende a confiar en su propio cuerpo y
las necesidades biológicas que van con él.
padres son desconfiados e inadecuados en su proceder; si rechazan al
infante o le hacen daño; si otros intereses provocan que ambos padres
se alejen de las necesidades de satisfacer las propias, el niño
desarrollará desconfianza. Será una persona aprensiva y suspicaz con
respecto a los demás.
importante que sepamos que esto no quiere decir que los padres tengan
que ser los mejores del mundo. De hecho, aquellos padres que son
sobreprotectores; que están ahí tan pronto el niño llora, le llevarán a
desarrollar una tendencia maladaptativa que Erikson llama desajuste
sensorial, siendo excesivamente confiado, incluso crédulo. Esta persona
no cree que alguien pudiera hacerle daño y usará todas las defensas
disponibles para retener esta perspectiva exagerada.
de hecho, es peor aquella tendencia que se inclina sobre el otro lado:
el de la desconfianza. Estos niños desarrollarán la tendencia maligna
de desvanecimiento (mantenemos aquí la traducción literal de
“withdrawal”, como caída o desvanecimiento. Para mayor información
sobre los términos técnicos aplicados a la teoría de Erikson, refiérase
a la bibliografía al final del resumen. N.T.). Esta persona se torna
depresiva, paranoide e incluso puede desarrollar una psicosis.
se logra un equilibrio, el niño desarrollará la virtud de esperanza,
una fuerte creencia en la que se considera que siempre habrá una
solución al final del camino, a pesar de que las cosas vayan mal. Uno
de los signos que nos indican si el niño va bien en este primer estadio
es si puede ser capaz de esperar sin demasiado jaleo a demorar la
respuesta de satisfacción ante una necesidad: mamá y papá no tienen por
qué ser perfectos; confío lo suficiente en ellos como para saber esta
realidad; si ellos no pueden estar aquí inmediatamente, lo estarán muy
pronto; las cosas pueden ser muy difíciles, pero ellos harán lo posible
por arreglarlas. Esta es la misma habilidad que utilizaremos ante
situaciones de desilusión como en el amor, en la profesión y muchos
otros dominios de la vida.
niñez temprana, desde alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de
edad. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de
autonomía, aún conservando un toque de vergüenza y duda.
papá y mamá (y otros cuidadores que entran en escena en esta época)
permiten que el niño explore y manipule su medio, desarrollará un
sentido de autonomía o independencia. Los padres no deben desalentarle
ni tampoco empujarle demasiado. Se requiere, en este sentido, un
equilibrio. La mayoría de la gente le aconsejan a los padres que sean
“firmes pero tolerantes” en esta etapa, y desde luego el consejo es
bueno. De esta manera, el niño desarrollará tanto un autocontrol como
una autoestima importantes.
de esta actitud descrita, es bastante fácil que el niño desarrolle un
sentido de vergüenza y duda. Si los padres acuden de inmediato a
sustituir las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el
niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas
por sí mismo. Debemos tener presente que el burlarnos de los esfuerzos
del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus
habilidades.
el niño se sienta avergonzado y dudoso. Si le damos al niño una
libertad sin restricciones con una ausencia de límites, o si le
ayudamos a hacer lo que él podría hacer solo, también le estamos
diciendo que no es lo suficientemente bueno. Si no somos lo
suficientemente pacientes para esperar a que el niño se ate los
cordones de sus zapatos, nunca aprenderá a atárselos, asumiendo que
esto es demasiado difícil para aprenderlo.
obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que
incluso es bueno. Sin ello, se desarrollará lo que Erikson llama
impulsividad, una suerte de premeditación sin vergüenza que más tarde,
en la niñez tardía o incluso en la adultez, se manifestará como el
lanzarse de cabeza a situaciones sin considerar los límites y los
atropellos que esto puede causar.
demasiada vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar la
malignidad que Erikson llama compulsividad. La persona compulsiva
siente que todo su ser está envuelto en las tareas que lleva a cabo y
por tanto todo debe hacerse correctamente. El seguir las reglas de una
forma precisa, evita que uno se equivoque, y se debe evitar cualquier
error a cualquier precio. Muchos de ustedes reconocen lo que es
sentirse avergonzado y dudar continuamente de uno mismo. Un poco más de
paciencia y tolerancia hacia sus hijos podría ayudarles a evitar el
camino recorrido que ustedes han seguido. Y quizás también deberían
darse un respiro ustedes mismos.
equilibrio apropiado y positivo entre la autonomía y la vergüenza y la
culpa, desarrollaremos la virtud de una voluntad poderosa o
determinación.
frustrantes) de un niño de dos o tres años es su determinación. Su mote
es “puedo hacerlo”. Si preservamos ese “puedo hacerlo” (con una
apropiada modestia, para equilibrar) seremos mucho mejores como
adultos.
5-6 años, la tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una
culpa exagerada.
respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo
responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil.
Los padres pueden animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por
sí mismos. Debemos alentar la fantasía, la curiosidad y la imaginación.
Esta es la época del juego, no para una educación formal. Ahora el niño
puede imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es
la realidad actual. La iniciativa es el intento de hacer real lo
irreal.
si puede jugar, también será responsable…y culpable. Si mi hijo de dos
años tira mi reloj en el váter, puedo asumir sin temor a equivocarme
que no hubo mala intención en el acto. Era solo una cosa dando vueltas
y vueltas hasta desaparecer. ¡Qué divertido!. ¡Pero si mi hija de cinco
años lo hace…bueno, deberíamos saber qué va a pasar con el reloj, qué
ocurrirá con el temperamento de papá y que le ocurrirá a ella!. Podría
sentirse culpable del acto y comenzaría a sentirse culpable también. Ha
llegado la capacidad para establecer juicios morales.
es, por supuesto, un Freudiano y por tanto incluye la experiencia
edípica en este estadio. Desde su punto de vista, la crisis edípica
comprende la renuencia que siente el niño a abandonar su cercanía al
sexo opuesto. Un padre tiene la responsabilidad, socialmente hablando,
de animar al niño a que “crezca”; “¡que ya no eres un niño!”. Pero si
este proceso se establece de manera muy dura y extrema, el niño aprende
a sentirse culpable con respecto a sus sentimientos.
iniciativa y muy poca culpa significa una tendencia maladaptativa que
Erikson llama crueldad. La persona cruel toma la iniciativa. Tiene sus
planes, ya sea en materia de escuela, romance o política, o incluso
profesión. El único problema es que no toma en cuenta a quién tiene que
pisar para lograr su objetivo. Todo es el logro y los sentimientos de
culpa son para los débiles. La forma extrema de la crueldad es la
sociopatía.
relativamente fácil para la persona cruel. Peor para el sujeto es la
malignidad de culpa exagerada, lo cual Erikson llama inhibición. La
persona inhibida no probará cosa alguna, ya que “si no hay aventura,
nada se pierde” y particularmente, nada de lo que sentirse culpable.
buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial de propósito.
El sentido del propósito es algo que muchas personas anhelan a lo largo
de su vida, aunque la mayoría de ellas no se dan cuenta que, de hecho,
ya llevan a cabo sus propósitos a través de su imaginación y su
iniciativa. Creo que una
esta virtud hubiera sido coraje; la capacidad para la acción a pesar de
conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos anteriores.
etapa corresponde a la de latencia, o aquella comprendida entre los 6 y
12 años de edad del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una
capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento
excesivo de inferioridad. Los niños deben “domesticar su imaginación” y
dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para
cumplir las exigencias de la sociedad.
en juego una esfera mucho más social: los padres, así como otros
miembros de la familia y compañeros se unen a los profesores y otros
miembros de la comunidad. Todos ellos contribuyen; los padres deben
animar, los maestros deben cuidar; los compañeros deben aceptar. Los
niños deben aprender que no solamente existe placer en concebir un
plan, sino también en llevarlo a cabo. Deben aprender lo que es el
sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea
académicamente o socialmente.
percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del
cuarto es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden
querer jugar, pero solo tienen conocimientos vagos de las reglas e
incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego escogido. No
soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a
su oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las
reglas, las consideran algo mucho más sagrado e incluso puede enfadarse
si no se permite que el juego llegue a una conclusión estipulada.
el niño no logra mucho éxito, debido a maestros muy rígidos o a
compañeros muy negadores, por ejemplo, desarrollará entonces un
sentimiento de inferioridad o incompetencia. Una fuente adicional de
inferioridad, en palabras de Erikson, la constituye el racismo, sexismo
y cualquier otra forma de discriminación.
niño cree que el éxito se logra en virtud de quién es en vez de cuán
fuerte puede trabajar, entonces ¿para qué intentarlo?.
actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa
de virtuosidad dirigida. Esta conducta la vemos en niños a los que no
se les permite “ser niños”; aquellos cuyos padres o profesores empujan
en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de intereses más
amplios. Estos son los niños sin vida infantil: niños actores, niños
atletas, niños músicos, niños prodigio en definitiva. Todos nosotros
admiramos su laboriosidad, pero si nos acercamos más, todo ello se
sustenta en una vida vacía.
malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos
aquellos de nosotros que poseemos un “complejo de inferioridad”. Alfred
Adler habló de ello. Si a la primera no logramos el éxito, ¡no volvamos
a intentarlo!. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en
matemáticas, entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de
matemáticas. Otros fueron humillados en el gimnasio, entonces nunca
harán ningún deporte o ni siquiera jugarán al raquetball. Otros nunca
desarrollaron habilidades sociales (la más importante de todas),
entonces nunca saldran a la vida pública. Se vuelven seres inertes.
ideal sería desarrollar un equilibrio entre la laboriosidad y la
inferioridad; esto es, ser principalmente laboriosos con un cierto
toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes. Entonces
tendremos la virtud llamada competencia.
etapa es la de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando
alrededor de los 18-20 años. (Actualmente está claro que debido sobre
todo a una serie de factores psicosociales, la adolescencia se prolonga
más allá de los 20 años, incluso hasta los 25 años. N.T.). La tarea
primordial es lograr la identidad del Yo y evitar la confusión de
roles. Esta fue la etapa que más interesó a Erikson y los patrones
observados en los chicos de esta edad constituyeron las bases a partir
de la cuales el autor desarrollaría todas las otras etapas.
identidad yoica significa saber quiénes somos y cómo encajamos en el
resto de la sociedad. Exige que tomemos todo lo que hemos aprendido
acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos en una autoimagen
unificada, una que nuestra comunidad estime como significativa.
cosas que hacen más fácil estas cuestiones. Primero, debemos poseer una
corriente cultural adulta que sea válida para el adolescente, con
buenos modelos de roles adultos y líneas abiertas de comunicación.
la sociedad debe proveer también unos ritos de paso definidos; o lo que
es lo mismo, ciertas tareas y rituales que ayuden a distinguir al
adulto del niño. En las culturas tradicionales y primitivas, se le
insta al adolescente a abandonar el poblado por un periodo de tiempo
determinado con el objeto de sobrevivir por sí mismo, cazar algún
animal simbólico o buscar una visión inspiradora. Tanto los chicos como
las chicas deberán pasar por una serie de pruebas de resistencia, de
ceremonias simbólicas o de eventos educativos. De una forma o de otra,
la diferencia entre ese periodo de falta de poder, de irresponsabilidad
de la infancia y ese otro de responsabilidad propio del adulto se
establece de forma clara.
embarcamos en una confusión de roles, lo que significa que no sabremos
cuál es nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Erikson dice que
cuando un adolescente pasa por una confusión de roles, está sufriendo
una crisis de identidad. De hecho, una pregunta muy común de los
adolescentes en nuestra sociedad es “¿Quién soy?”.
de las sugerencias que Erikson plantea para la adolescencia en nuestra
sociedad es la una moratoria psicosocial. Anima a los jóvenes a que se
tomen un “tiempo libre”. Si tienes dinero, vete a Europa. Si no lo
tienes, merodea los ambientes de Estados Unidos. Deja el trabajo por un
tiempo y vete al colegio.
las rosas, búscate a ti mismo. Por norma, tendemos a conseguir el
“éxito” demasiado deprisa, aunque muy pocos de nosotros nos hayamos
detenido a pensar en lo que significa el éxito para nosotros. De la
misma manera que los jóvenes Oglala Dakota, quizás también necesitemos
soñar un poco.
demasiado “identidad yoica”. Cuando una persona está tan comprometida
con un rol particular de la sociedad o de una subcultura, no queda
espacio suficiente para la tolerancia. Erikson llama a esta tendencia
maladaptativa fanatismo. Un fanático cree que su forma es la única que
existe.
son conocidos por su idealismo y por su tendencia a ver las cosas en
blanco o negro. Éstos envuelven a otros alrededor de ellos,
promocionando sus estilos de vida y creencias sin importarles el
derecho de los demás a estar en desacuerdo.
falta de identidad es bastante más problemática, y Erikson se refiere a
esta tendencia maligna como repudio. Estas personas repudian su
membresía en el mundo adulto e incluso repudian su necesidad de una
identidad. Algunos adolescentes se permiten a sí mismos la “fusión” con
un grupo, especialmente aquel que le pueda dar ciertos rasgos de
identidad: sectas religiosas, organizaciones militaristas, grupos
amenazadores; en definitiva, grupos que se han separado de las
corrientes dolorosas de la sociedad. Pueden embarcarse en actividades
destructivas como la ingesta de drogas, alcohol o incluso adentrarse
seriamente en sus propias fantasías psicóticas. Después de todo, ser
“malo” o ser “nadie” es mejor que no saber quién soy.
logramos negociar con éxito esta etapa, tendremos la virtud que Erikson
llama fidelidad. La fidelidad implica lealtad, o la habilidad para
vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad a pesar de sus
imperfecciones, faltas e inconsistencias. No estamos hablando de una
lealtad ciega, así como tampoco de aceptar sus imperfecciones. Después
de todo, si amamos nuestra comunidad, queremos que sea la mejor
posible. Realmente, la fidelidad de la que hablamos se establece cuando
hemos hallado un lugar para nosotros dentro de ésta, un lugar que nos
permitirá contribuir a su estabilidad y desarrollo.
hemos podido llegar esta fase, nos encontramos entonces en la etapa de
la adultez jóven, la cual dura entre 18 años hasta los 30
aproximadamente. Los límites temporales con respecto a las edades en
los adultos son mucho más tenues que en las etapas infantiles, siendo
estos rangos muy distintos entre personas. La tarea principal es lograr
un cierto grado de intimidad, actitud opuesta a mantenerse en
aislamiento.
estar cerca de otros, como amantes, amigos; como un partícipe de la
sociedad. Ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes
miedo a “perderte” a ti mismo, como presentan muchos adolescentes. El
“miedo al compromiso” que algunas personas parecen presentar es un buen
ejemplo de inmadurez en este estadio. Sin embargo, este miedo no
siempre es tan obvio. Muchas personas enlentecen o postergan el proceso
progresivo de sus relaciones interpersonales. “Me casaré (o tendré una
familia, o me embarcaré en algún tema social) tan pronto acabe la
universidad; tan pronto tenga un trabajo; cuando tenga una casa; tan
pronto…Si has estado comprometido durante los últimos 10 años, ¿qué te
hace echarte atrás?.
que probarse a sí mismo. Una relación de pareja adolescente sí busca un
establecimiento de identidad a través de la relación. “¿Quién soy?. Soy
su novio”. La relación de adultos jóvenes debe ser una cuestión de dos
egos independientes que quieren crear algo más extenso que ellos
mismos. Intuitivamente reconocemos esto cuando observamos la relación
de pareja de dos sujetos donde uno de ellos es un adolescente y el otro
un adulto joven. Nos percatamos del potencial de dominio que tiene el
último sobre el primero.
que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes. El
énfasis sobre la formación profesional, el aislamiento de la vida
urbana, la fractura de las relaciones por motivos de traslados y la
naturaleza generalmente impersonal de la vida moderna, hacen que sea
más difícil el desarrollo de relaciones íntimas. Yo soy una de esas
personas que he tenido que mudarme de lugar docenas de veces en mi
vida. No tengo ni la más remota idea de lo que pasó con mis amigos
infantiles o incluso de aquellos que tenía en la universidad. Mis
amigos más antiguos están a miles de kilómetros de donde vivo. Yo
resido donde las necesidades relativas a mi profesión me han llevado y
por tanto, no tengo una sensación firme de comunidad.
antes de que me ponga demasiado depresivo, mejor hablemos de ustedes.
Sé que a muchos de ustedes no les ha pasado lo mismo. Si han crecido y
afincado en una comunidad en particular, especialmente una rural, es
muy probable que ustedes tengan relaciones mucho más profundas y
duraderas; probablemente se casaron con el amor de toda su vida, y
sienten un buen cariño por su comunidad. Pero este estilo de vida se
está volviendo rápidamente un anacronismo.
tendencia maladaptativa que Erikson llama promiscuidad, se refiere
particularmente a volverse demasiado abierto, muy fácilmente, sin
apenas esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad.
Esta tendencia se puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos,
compañeros y vecinos.
maligna de aislamiento máximo. La persona se aísla de sus seres
queridos o parejas, amigos y vecinos, desarrollando como compensación
un sentimiento constante de cierta rabia o irritabilidad que le sirve
de compañía.
llevaremos con nosotros esa virtud o fuerza psicosocial que Erikson
llama amor. Dentro de este contexto teórico, el amor se refiere a esa
habilidad para alejar las diferencias y los antagonismos a través de
una “mutualidad de devoción”. Incluye no solamente el amor que
compartimos en un buen matrimonio, sino también el amor entre amigos y
el amor de mi vecino, compañero de trabajo y compatriota.
estadio corresponde al de la adultez media. Es muy difícil establecer
el rango de edades, pero incluiría aquel periodo dedicado a la crianza
de los niños. Para la mayoría de las personas de nuestra sociedad,
estaríamos hablando de un período comprendido entre los 20 y pico y los
50 y tantos. La tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio
apropiado entre la productividad (también conocido en el ámbito de la
psicología como generabilidad. N.T.) y el estancamiento.
productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver
con una preocupación sobre la siguiente generación y todas las demás
futuras.
la intimidad de los estadios previos: la intimidad o el amor entre
amantes o amigos, es un amor entre iguales y necesariamente es
recíproco. ¡Ah, claro, nosotros amamos al otro sin egoísmo!. Pero la
verdad es que si no recibimos el amor de vuelta, no lo consideramos un
amor verdadero. Con la productividad, no estamos esperando, al menos
parece que no implícitamente, una reciprocidad en el acto. Pocos padres
esperan una “vuelta de su investimiento” de sus hijos, y si lo hacen,
no creemos que sean buenos padres.
mayoría de las personas ponen en práctica la productividad teniendo y
criando los hijos, existen otras maneras también. Erikson considera que
la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el
activismo social complementan la tarea de productividad. En definitiva,
cualquier cosa que llene esa “vieja necesidad de ser necesitado”.
estancamiento, por otro lado, es la “auto-absorción”; cuidar de nadie.
La persona estancada deja de ser un miembro productivo de la sociedad.
Es bastante difícil imaginarse que uno tenga algún tipo de
estancamiento en nuestras vidas, tal y como ilustra la tendencia
maladaptativa que Erikson llama sobrextensión.
personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no
se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y
descansar.
contribuir algo a la sociedad. Estoy seguro de que todos ustedes
conocerán a alguien inmerso en un sinnúmero de actividades o causas; o
tratan da tomar todas las clases posibles o mantener tantos trabajos…Al
final, no tienen ni siquiera tiempo para hacer ninguna de estas
actividades.
maligna de rechazo, lo que supone muy poca productividad y bastante
estancamiento, lo que produce una mínima participación o contribución a
la sociedad. Y desde luego que aquello que llamamos “el sentido de la
vida” es una cuestión de cómo y qué contribuimos o participamos en la
sociedad.
mediana edad”. En ocasiones los hombres y mujeres se preguntan esa
interrogante tan terrible y vasta de “¿Qué estoy haciendo aquí?”.
Detengámonos un momento a analizar esta pregunta. En vez de preguntarse
por quiénes están haciendo lo que hacen, se preguntan el qué hacen,
dado que la atención recae sobre ellos mismos. Debido al pánico a
envejecer y a no haber logrado las metas ideales que tuvieron cuando
jóvenes, tratan de “recapturar” su juventud. El ejemplo más evidente se
percibe en los hombres. Dejan a sus sufrientes esposas, abandonan sus
tediosos trabajos, se compran ropa de última moda y empiezan a acudir
bares de solteros. Evidentemente, raramente encuentran lo que andan
buscando porque sencillamente están buscando algo equivocado. (Un buen
ejemplo lo constituye el papel interpretado por Kevin Spacey en la
famosa (por algo será tan aceptada por el público, sobre todo
masculino) en la película “American Beauty”. N.T.).
si atravesamos esta etapa con éxito. Desarrollaremos una capacidad
importante para cuidar que nos servirá a lo largo del resto de nuestra
vida.
etapa, la delicada adultez tardía o madurez, o la llamada de forma más
directa y menos suave edad de la vejez, empieza alrededor de la
jubilación, después que los hijos se han ido; digamos más o menos
alrededor de los 60 años. Algunos colegas “viejetes” rabian con esto y
dicen que esta etapa empieza solo cuando uno se siente viejo y esas
cosas, pero esto es un efecto directo de una cultura que realza la
juventud, lo cual aleja incluso a los mayores de que reconozcan su
edad. Erikson establece que es bueno llegar a esta etapa y si no lo
logramos es que existieron algunos problemas anteriores que retrasaron
nuestro desarrollo.
lograr una integridad yoica (conservamos aquí la terminología acorde
con los vocablos técnicos dentro del marco de la psicología.
puede entenderse el término como “integridad”. N.T.) con un mínimo de
desesperanza. Esta etapa parece ser la más difícil de todas, al menos
desde un punto de vista juvenil. Primero ocurre un distanciamiento
social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en
el marco de nuestra sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han
tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya
ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios.
existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no
responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de
forma dramática. Los hombres creen que ya “no dan la talla”. Surgen
enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos,
problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata.
Empiezan los miedos a cuestiones que uno no había temido nunca, como
por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.
a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte.
Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es
inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda
esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados.
respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar
con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se
preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se
quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas
(muy diferente a estadios anteriores). Vemos entonces que algunos
ancianos se deprimen, se vuelven resentidos, paranoides, hipocondríacos
o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin
explicación biológica.
significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los
términos del final de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y
aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu
vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no
necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se
encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un
poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos
hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no
seríamos lo que somos si no los ubiéramos cometidos.
hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura
y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.
tendencia maladaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto
ocurre cuando la persona “presume” de una integridad yoica sin afrontar
de hecho las dificultades de la senectud.
persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson
llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado
que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la
suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor sugiere que
una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia,
entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he
encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes
cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil
acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu”.
en otra persona, a no ser Jean Piaget, que haya desarrollado más un
acercamiento a los estadios del desarrollo que Erik Erikson.
eso que el concepto de estadios no es muy popular entre los teóricos de
la personalidad. De las personas que recogemos en este texto, solo
Sigmund y Anna Freud comparten completamente sus convicciones. La
mayoría de los teóricos prefieren un acercamiento más paulatino o
gradual del desarrollo, utilizando términos como “fases” o
“transiciones”, en vez de estadios definidos y limitados.
desde luego, existen ciertos segmentos de la vida muy fáciles de
identificar, determinados temporalmente por aspectos biológicos. La
adolescencia está “preprogramada” para que ocurra cuando ocurre, tal y
como pasa con el nacimiento y muy posiblemente, con la muerte natural.
El primer año de vida tiene unas cualidades muy especiales, tipo
“parecida a la fetal” y el último año de la misma incluye ciertas
cualidades “catastróficas”.
significado de los estadios con el fin de incluir ciertas secuencias
lógicas; léase que las cosas ocurren en un cierto órden, no porque
están determinadas exclusivamente por marcadores biológicos, sino
porque no tendrían sentido de otra forma, entonces podríamos incluso
decir que el entrenamiento de los esfínteres, por ejemplo, tiene que
preceder a la independencia de la madre y asistir a clases; que debemos
desarrollar una sexualidad madura antes de encontrar a una pareja; que
normalmente hallaremos a una pareja antes de tener niños y que
necesariamente ¡deberemos tener niños antes de disfrutar su despedida!.
estadios añadiendo una “programación” social a la biológica, podríamos
incluir períodos de dependencia y escolarización, y así mismo, el
trabajo y la jubilación también. De esta forma tan reducida, no habría
problemas para establecer 7 u 8 estadios. Evidentemente, solo hasta
ahora es que nos hemos sentido presionados a llamarles estadios, en vez
de fases o cualquier otro término impreciso.
hecho, resulta difícil defender los estadios de Erikson si los
aceptamos dentro de su comprensión de lo que son los estadios. En otras
culturas, incluso dentro de ellas mismas, la temporalización puede ser
muy distinta. En algunos países, los bebés son destetados a los seis
meses y se les enseña el control de esfínteres a los nueve. En otros,
todavía son amamantados hasta los cinco años y el control de esfínteres
se hace con poco más que sacar al niño al patio. Hubo una época en
nuestra cultura en la que las mujeres se casaban a los trece años y
tenían su primer hijo a los quince. Hoy, intentamos posponer el
matrimonio hasta los treinta y nos apresuramos a tener nuestro único
hijo antes de cumplir cuarenta. Buscamos muchos años de retiro. En otra
época y lugar, la jubilación sencillamente es desconocida. A pesar de
todo, los estadios de Erikson nos brindan un marco de trabajo. Podemos
hablar de nuestra cultura al compararla con otras; o de la actualidad
con algunos siglos atrás o de ver cómo diferimos relativamente de los
estándares que provee su teoría. Erikson y otros investigadores han
demostrado que el patrón general de hecho se adapta a diferentes épocas
y culturas, y a la mayoría de nosotros nos resulta familiar. En otras
palabras, su teoría se establece como uno de los paradigmas más
importantes dentro de las teorías de personalidad. Este paradigma a
veces es más importante que la “verdad”: es útil.
nos provee de conocimientos que no nos hubiéramos percatado de otra
forma. Por ejemplo, podríamos pensar en sus ocho estadios como una
serie de tareas que no siguen un patrón lógico particular. Pero si
dividimos el abanico de la vida en dos secuencias de cuatro estadios,
podemos ver un patrón real, con la mitad referida al desarrollo del
niño y la otra mitad al desarrollo del adulto.
el estadio I, el niño debe aprender que “eso” (el mundo, especialmente
representado por mamá y papá, y él mismo) está bien; que “no hay
problema”. En el estadio II, el infante aprende a “yo puedo hacerlo” en
el “aquí y ahora”. En el estadio III, el preescolar aprende a “puedo
planear” y proyectarse a sí mismo hacia un futuro. En el IV, el escolar
aprende “puedo finalizar” estas proyecciones. A través de estas cuatro
etapas, el niño desarrolla un Yo competente y preparado para el amplio
mundo que le aguarda.
relativa al periodo adulto, nos expandimos más allá del Yo
(entendiéndose el “Yo” no como instancia psíquica Freudiana, sino como
self o sí mismo, N.T.). El estadio V tiene que ver con establecer algo
muy parecido al “está bien; no hay problema”. El adolescente debe
aprender a que “yo estoy bién”; conclusión de la negociación
establecida de los cuatro estadios precedentes. En el VI, el adulto
joven debe aprender a amar, lo que sería una variación social de “yo
puedo hacerlo” en el aquí y ahora. En el estadio VII, el adulto debe
extender ese amor hacia el futuro, pasando a ser llamado “cuidar de”. Y
finalmente, en el estadio VIII, la persona mayor debe aprender a
“limitar” su Yo, y establecer una nueva y amplia identidad. En palabras
de Jung, la segunda mitad de la vida está dedicada a la realización de
uno mismo.
escritor excelente y capturará su imaginación aún cuando no se sienta
cómodo con su lado Freudiano. Los libros basados en su teoría son (en
inglés, N.T.) Childhood and Society y Identity: Youth and Crisis. Son
más bien colecciones de ensayos sobre sujetos tan variados como las
tribus americanas nativas, gente famosa como William James y Adolfo
Hitler, nacionalidad, género y raza.
más famosos son estudios en “psicohistoria”, el Young Man Luther sobre
Martin Luther y Gandhi's Truth. Sus trabajos han inspirado a muchos
otros y disponemos en la actualidad de una revista llamada The Journal
of Psychohistory, la cual contiene artículos fascinantes no solo de
personas famosas, sino de prácticas antiguas y presentes en el
desarrollo de niños a través de ritos de poblaciones a todo lo largo
del mundo y en todas las épocas de la historia.

No
El Principio Epigenético
Erikson
Cada fase
Las diversas
Ciertamente, debemos
Cada
Si
Por el contrario, si no nos va tan
Niños y adultos
Quizás
Erikson
Un
Si los padres de la
Las

Tabla con 6 columnas y 9 filas
Estadio (edad)
Crisis psico-social
Relaciones significati-vas
Modalidades psicosociales
Virtudes psicosociales
Maladaptaciones y
Malignidades

I (0-1) infante
Confianza vs desconfianza
Madre
Coger y dar en respuesta
Esperanza,fé
Distorsión sensorial y Desvanecimiento

II (2-3)
bebé
Autonomía vs. vergüenza y duda
Padres
Mantener y dejar ir
Voluntad, determinación
Impulsividad y Compulsión

III (3-6)
prescolar
Iniciativa vs.culpa
Familia
Ir más allá jugar
Propósito,coraje
Crueldad y Inhibición

IV (7-12)
escolar
Laboriosidad vs. inferioridad
Vecindario y escuela
Completar
Hacer cosas juntos
Competencia
Virtuosidad
Unilateral y Inercia

V (12-18 o más)
adolescencia
Identidad yoica vs. confusión de roles
Grupos, Modelos de roles
Ser uno mismo.
Compartir ser uno mismo
Fidelidad, lealtad
Fanatismo y Repudio

VI (los 20's)
adulto jóven
Intimidad vs. aislamiento
Colegas, amigos
Perderse y hallarse a uno mismo en otro
Amor
Promiscuidad y Exclusividad

VII (20's tardíos a 50's) adulto medio
Generabilidad vs. autoabsorción
Hogar,
Compañeros de trabajo
Lograr ser Cuidar de
Cuidado
Sobrextensión y Rechazo

VIII (50'…) adulto viejo
Integridad vs. desesperación
Los humanos o los “míos”
Ser, a través de haber sido. Enfrentar el no ser
Sabiduría
Presunción y Desesperanza
Final de tabla

Estadio I

El primer estadio, el de infancia o etapa sensorio-oral comprende el
Si
Si los
De todas maneras, es muy
Aunque,
Si

Estadio II

El segundo estadio corresponde al llamado estadio anal-muscular de la
Si
Por otra parte, en vez
También hay otras formas de hacer que
No
Peor aún es
Si logramos un
Una de las cosas más admirables (y

Estadio III

Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los
La iniciativa sugiere una
Pero si el niño puede imaginar un futuro,
Erikson
Demasiado
La crueldad es mala para los demás, pero
Desde el punto de vista sexual, edípico, la persona culposa puede ser impotente o frígida.
Un
palabra más acertada para
Estadio IV
Esta
Aquí entra
Una buena forma de
Si
Si un
Una
Sin embargo, la
Lo
Estadio V
Esta
La
Hay
Además,
Sin estos límites, nos
Una
Date un respiro, huele
Existe un problema cuando tenemos
Por descontado está que los adolescentes
La
Si
Estadio VI
Si
La intimidad supone la posibilidad de
El joven adulto ya no tiene
A esta dificultad se añade
Bueno,
La
La exclusión es la tendencia
Si atravesamos con éxito esta etapa,
Estadio VII
Este
La
Por tanto, es bastante menos “egoísta” que
Aunque la
El
Algunas
Al final, estas personas tampoco logran
Más obvia todavía resulta la tendencia
Esta es la etapa de la “crisis de la
Pero
Estadio VIII
Esta última
La tarea primordial aquí es
También
Además
Junto
Como
La integridad yoica
Si
La
La tendencia maligna es la llamada desdén. Erikson la define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás.
La
Discusión
Me resulta difícil pensar
Y
Pero
Si reducimos el
Si estrechamos aún más el significado de los
De
comparada
También
En
Tomando la otra mitad
Lecturas
Erikson es un
Sus dos libros

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